El 28/07/24 transcurriendo las elecciones venezolanas un conjunto de votantes se reunió en el centro de elección para comentar las alternativas del evento tan esperado con la seguridad que esta vez el régimen de Nicolás Maduro dejaría de ser pero el fraude que todo lo puede hizo trizas el sueño del reencuentro con las familias constituidas por millones de individuos esperanzados en el abrazo fuerte de los padres con los hijos de los abuelos que concurrían a sufragar prácticamente sin fuerzas generado por un lado por las ansias de acabar con la dictadura chavista y por el otro aguardando el regreso de los jóvenes que se exiliaron, provocando el mayor éxodo en la historia de la patria.
Pero todo fue inútil, la aparente calma de la jornada matutina fue reemplazada paulatinamente en horas de la tarde y de la noche con la aparición de centenares de motos que conformaban un violento colectivo integrado por piqueteros aliados a Maduro y ya avanzada la tarde extendiéndose hasta comenzar la noche cuando se anunció que la victoria que se exhibían en todas las urnas del país se transformó por arte de la magia del fraude en un amplio triunfo del oficialismo puesto de manifiesto por un mentiroso discurso oficialista anunciado sin consignación de cifras del ganador quién extendió el nuevo mandato a seis años.
Tal aberrante decisión consolida -tal vez para siempre- a una férrea dictadura de Nicolás Maduro fortaleciendo la naturaleza criminal del régimen venezolano (Ignacio Labaqui).
En la verdad de los votos depositados en cada urna Maduro perdió con amplitud, pero con el apoyo de países totalitarios como Cuba, Nicaragua, Irán y China se autoproclamó ganador inapelable y por un período de gobierno ampliado (6 años) sin que nada le importe que según la encuesta nacional de condiciones de vida en Venezuela impulsada por la Universidad Católica Andrés Bello las familias han ido reduciendo la compra de algunos de los ingredientes de su comida diaria como consecuencia de los elevados precios de los productos y los bajos salarios.
Así el famoso «pabellón criollo» uno de los platos más típicos de la gastronomía venezolana se verá reducido en sus ingredientes de arroz, carne mechada, guisada, caraotas o frijoles negros y unas pocas tajadas fritas de plátano maduro y así corriendo el tiempo y debilitados por la escasez alimentaria aparecerá el hambre intenso bajo la indiferencia del jefe de gobierno y el perverso sistema de extinción se conseguirá la desaparición de uno de los países más ricos de la tierra por puro gusto de un puñado de malvados, perversos, apátridas y desalmados.
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