En Argentina la corrupción está presente en cada una de las actividades de la sociedad y particularmente en la función pública, esto es en los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial como así también en las empresas de igual carácter y en ambos casos tanto nacionales como provinciales.

Si bien este fenómeno ha estado presente en todos los tiempos en el país se ha agravado en las últimas décadas con la aparición y desarrollo del narcotráfico y sus secuelas, advirtiendo que en Argentina a este momento es un auténtico flagelo que ha encontrado un medio apto, no sólo para actuar como un lugar de tránsito sino de producción y consumo, dándose condiciones de vulnerabilidad e informalidad espléndidas para que los narcos puedan invertir, mediante un sistema corrupto que permite el lavado del dinero proveniente del tráfico ilegal de droga en bienes de todo tipo, circunstancia alentada por varios factores entre los cuales no es menor la existencia de una legislación que facilita que ello se produzca, como sucede con la ley 26.860 del año 2013, que permite el blanqueo en dinero en efectivo y sin que la AFIP pueda indagar o preguntar en absoluto sobre el origen del dinero, en el mismo sentido los registros de sociedades de cada una de las provincias argentinas ( ejemplo la Inspección General de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires) no exigen la constatación o declaración del " último beneficiario" de la inversión y así a la hora de investigar supuestos lavados de dinero procedentes de casos de corrupción, trata o narcotráfico, la inversión final se inscribe a nombre de sociedades con acciones de sociedades off- shore constituidas en paraísos fiscales, así con este proceso denominado de " muñecas rusas" se oculta la identidad del dueño final de la inversión" (Ver sobre el punto Revista Noticia del 12/07/2014, excelente trabajo de Roberto Durrieu Figueroa titulado La Economía del Narcolavado", pags. 75 y s.s.)

También ayuda a esta interconexión entre corrupción, narcotráfico y lavado de dinero las amplias fronteras, de control casi imposible, que posee nuestro país, en particular la denominada "Triple Frontera" que comprende a Paraguay, Brasil y Argentina.

Por otro lado si bien nuestro país tiene en determinados aspectos una legislación adecuada para combatir el narcotráfico y el lavado de dinero, habiendo suscripto tratados internacionales que tienen jerarquía constitucional, la falta de estrictez en la aplicación de esas leyes, sustancialmente por la corrupción endémica que nos corroe, hace que tales disposiciones sean obviadas impunemente.

En suma Argentina hoy es uno de los países elegidos preferencialmente por narcotraficantes para centrar sus negocios e inversiones alentados por una legislación que facilita sus operaciones, la debilidad institucional y la corrupción presente en cada rincón de la sociedad, datos que deberán ser revisados por el próximo gobierno como recaudo indispensable para que las secuelas de este fenómeno como son la inseguridad y el descontrol social, dejen de ser en esta Nación desafortunada.