En mis lejanas épocas de estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en los primeros años de la década del setenta, el profesor Julio López del  Carril a cargo de la cátedra de Derecho de Familia insistía en destacar que la instalación del divorcio vincular provocaría la multiplicidad de vínculos, confusión entre hijos y progenitores, disolución de la familia  y como secuela el flagelo de los abusos sexuales ya que en algún  momento podría formarse pareja con un individuo sin reparos o límites y así los hijos de otras parejas quedaban a merced del abusador . Era como dejar al lobo cuidando las gallinas.

La justicia penal argentina requiere para que un sujeto sea sometido al tramite criminal común y aplicar en plenitud las leyes de forma y de fondo pertinente la edad de 18 años. Por debajo de la misma me atrevo a afirmar que las distintas medidas de seguridad no son más que paliativos que esconden en verdad una absoluta impunidad respecto de los delincuentes menores de edad no existen instituciones adecuadas para cobijarlos y recuperarlos como asi tampoco personal especializado en ese punto.